Gabriela Mistral, una poeta chilena destacada, dejó una huella, vida y obra indeleble en la literatura del siglo XX. Ganando incluso el Premio Nobel de Literatura en 1945, el primero para las letras latinoamericanas. Nacida como Lucila de María Godoy Alcayaga el 7 de abril de 1889 en Vicuña, Chile, su vida y obra han sido objeto de estudio y admiración.

La influencia temprana de su hermana, la profesora Emelina Molina, la llevó hacia la enseñanza, iniciando su carrera docente a los 16 años. Sin embargo, enfrentó obstáculos, como su ingreso frustrado a la Escuela Normal de Preceptoras de La Serena, debido a la resistencia de algunas porciones de su obra.

A pesar de ello, trabajó como maestra en diversas ciudades chilenas, donde conoció a Pablo Neruda, marcando una conexión que perdurará.

Trazos poéticos, vida y obra de Gabriela Mistral

Su incursión en la poesía comenzó con la difusión de sus primeros escritos en la prensa regional. En 1908, Luis Carlos Soto Ayala compiló algunos de sus trabajos en el volumen «Literatura coquimbana».

En 1914, Mistral ganó reconocimiento con los «Sonetos de la Muerte». Su viaje a México en 1922, invitada por el Ministro de Educación, José Vasconcelos. Esto la llevó a colaborar en la reforma educacional del país, y ese mismo año publicó su primer libro, «Desolación», en Nueva York.

«Desolación» le otorgó reconocimiento internacional y marcó el inicio de varias publicaciones en el extranjero, consolidándose como una figura destacada de la literatura latinoamericana. Durante la década de 1930, impartió conferencias en diferentes países y comenzó su carrera consular, aunque se vio afectada por el giro totalitario en Italia. Su regreso a Chile en 1938 estuvo marcado por la publicación de «Tala» en Buenos Aires.

La década de 1930 también vio la promoción de Mistral para el Premio Nobel, respaldada por figuras como Pedro Aguirre Cerda y la escritora ecuatoriana Adelaida Velasco Galdós. En lo personal, vivió tragedias como el suicidio de amigos y su sobrino. Su vida privada, incluyendo sus relaciones con Laura Rodig y Doris Dana, atrajo la atención de la opinión pública.

Finalmente, el 10 de diciembre de 1945, Gabriela Mistral recibió el Premio Nobel de Literatura, consolidando su estatus internacional. Posteriormente, en 1951, se le otorgó el Premio Nacional de Literatura en Chile. Su muerte el 10 de enero de 1957 en Nueva York, debido a complicaciones derivadas de un cáncer al páncreas, dejó un vacío en el mundo literario.

Después de su fallecimiento, se publicaron obras inéditas como «Motivos de San Francisco» (1965) y «Poema de Chile» (1967), y se realizaron numerosos estudios en homenaje a su legado. La poesía, vida y obra de Gabriela Mistral continúa siendo apreciada y estudiada, recordando su contribución significativa a la literatura mundial.